lunes, 9 de agosto de 2010

Banana.

Uf, días sin pasarme por éstos lados.
Días de constante ir y venir; no he dormido bien y he muerto de frío; aún no logro acostumbrarme a ésto de despertar tipo 7 am y salir apuradísima a donde quiera que sea.

Tengo ganas de leer una novela diferente, pero aún debo terminar de leer esos 7~8 libros que dejé a medias.
En fin, espero poder dormir más durante las próximas jornadas :).

Cam-bio y fuera.

domingo, 1 de agosto de 2010

Pffff

Día gris. no porque haya sido malo, sino porque LITERALMENTE el cielo está oscuro.
Llueve, o llovía, no sé.

Ok, lo novedoso del día: un pequeño fragmento de una historia - que nunca terminé -. quien cuenta los hechos es Lucille, y en éste retazo nos introduce a su vida recordando el sueño de la noche anterior.
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"Aún no lograba entender por qué todo lo que observaba a mí alrededor era grotesca y desproporcionadamente grande. Me sentía pequeña e indefensa en medio de aquel panorama; estaba de pié junto al marco de la puerta de una habitación bastante amplia, que estaba tristemente vacía.
Mientras que, a mis espaldas no había nada más que oscuridad, por lo que me concentré única y exclusivamente en lo que había delante y no detrás de mí.

En el centro de la habitación había un hombre larguirucho y delgado; estaba sentado en una desgastada silla de mimbre, encorvado, y sus codos estaban apoyados en ambas rodillas. Sus grandes manos sostenían su cabeza mientras sus dedos se enredaban entre su oscuro y corto cabello, desordenándolo. El contraste que tenía su piel nácar y sus rizos achocolatados me recordaba, gratamente, al café con leche.

Delante de él había un pequeño estante de madera barnizada y brillante, su único cajón estaba abierto hasta la mitad y desde su interior asomaban fotografías en sepia y otras en blanco y negro, ajadas aparentemente, por el paso de los años y el descuido del propietario. La cubierta de éste, estaba repleta de liibros y de papeles sueltos; en la única esquina vacía había una lámpara redonda y transparente que iluminaba escasamente aquel espacio.
La oscuridad tragaba, paulatinamente, la luz que emitía el objeto y la hacía ser parte de su infinita gama de grises."

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